Tres sorprendentes historias supuestamente ocurridas en el año 1952, provenientes de los archivos de la Central de Inteligencia Americana.
La «bandeja voladora» alemana
La ovnimanía alcanzó su apogeo en los años 1950 y la CIA contrató a un
equipo de expertos para investigar los supuestos avistamientos de
platillos voladores y otros hechos singulares.
Uno de los eventos registrados en los archivos secretos de la agencia fue llamado «La bandeja voladora de Alemania Occidental».
Oscar Linke, exalcalde de Gleimer Hausen y su hija de 11 años,
Gabriella, ciudadanos de la República Federal de Alemania, tuvieron que
detenerse en una carretetera cerca de Hasselbach por un neumático
pinchado.
Gabriella observó a lo lejos un objeto raro y se
acercó. Vio dos figuras extrañas cerca de un enorme plato de unos 15
metros de diámetro, con una torre cónica de unos tres metros.
De
haber sido aliens, no eran muy valientes o no querían ser descubiertos,
ya que cuando la niña llamó a su padre, los extraterrestres huyeron
velozmente en su nave, que expelió una llamarada por debajo. Oscar Linke
dice que alcanzó a ver a uno de los sujetos, quien tenía sobre el pecho
una protuberancia circular que brillaba alternativamente en rojo y
verde.
Si los aliens existen y fabrican armas atómicas, no es
extraño que se interesen por el uranio. Según reportó el diario local
Die Presse, dos discos de fuego estuvieron flotando y haciendo elegantes
piruetas sobre una mina de uranio en Elisabethville, ex Congo Belga.
El comandante Pierre, piloto estacionado en una base aérea cercana,
despegó en su avión de combate y los dos discos emprendieron la retirada
a unos 1500 km/hora. Pierre tuvo que desistir en su persecución y los
platillos desaparecieron sobre el lago Tanganica.
El reporte del
piloto indica que los dos discos eran de un metal parecido al aluminio,
de unos 15 metros de diámetro, con su parte circular girando velozmente y
vomitando fuego por la circunferencia exterior, mientras que una
perilla central permanecía inmóvil. Las naves también eran capaces de
volar vertical y horizontalmente.
La CIA recibió las mejores referencias sobre la seriedad del comandante Pierre y su relato fue a parar a los Expedientes X.
Humo sobre Barcelona
1952 fue un año pródigo en raros avistamientos en el sur de Europa y el
norte de África. El periodista español Valentín García reportó haber
visto un extraño objeto que iba dejando un rastro de humo en el cielo de
la ciudad de Barcelona. Incluso, un amigo logró hacer una foto de la
señal de humo.
En Túnez, los pobladores de Sousse dijeron haber
visto un ovni que viajaba a gran velocidad de oeste a este, emitiendo
una luz verde pálida.
En Marruecos, varios observadores habrían
visto un platillo cuya velocidad dejaba como tortugas a los aviones más
rápidos. Después de hacer una parábola, el objeto se retiró hacia el sur
a impresionante velocidad.
Verídicos o fantásticos, estos hechos consiguieron el honor de unos párrafos en los archivos secretos de la CIA.
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